La crisis económica y el papel de Alemania, Japón y China - Parte I
De la crisis económica ha surgido un debate intenso sobre cómo debería ser el crecimiento en los países desarrollados a partir del dato de que no se podría mantener el mismo patrón de consumo anterior a la misma y, por otro, que los países altamente “ahorradores” y por lo tanto fuertemente exportadores –por caso Alemania, Japón y China– y de amplios excedentes de cuenta corriente, necesariamente tendrían que consumir gastar más internamente. ¿Cuáles podrían ser a futuro para la economía y el comercio internacional?
Estimo que no caben dudas de que una crisis de la dimensión que estamos atravesando trae aparejado consigo conductas más austeras en comparación al nivel de consumo que se venía manifestando. La recesión a nivel mundial es innegable y la economía real ya está sintiendo los impactos: el acceso al crédito se vuelve complicado y este hecho dificulta las operaciones comerciales entre países.
Por otra parte, resulta fundamental destacar que existe una situación de desequilibrio visible entre:
► La economía de Estados Unidos, con un déficit desorbitante de cuenta corriente y fiscal.
► La economía de varios países emergentes (donde el principal ejemplo a destacar es China), que compensan el déficit de Estados Unidos con una acumulación considerable de reservas de oro y de divisas. Hay un exceso de ahorro proveniente de los países del Sudeste Asiático (SA) y de aquellos países que cuentan con reservas de petróleo que se destinan a inversiones, a la consolidación de reservas y a equilibrar la deuda de los Estados Unidos.
La gran cantidad de reservas es la explicación a por qué hasta antes de desencadenarse la crisis, el consumo seguía siendo mayor que el ahorro en USA: el país del Norte estaba siendo financiado por el resto del mundo. No existen dudas de que Estados Unidos es el gran “deudor del mundo”.
Estados Unidos necesita indefectiblemente transformar su economía: debe comenzar forzosamente a promover el ahorro para poder pagar y disminuir sus importaciones y aumentar las exportaciones. Para conseguirlo, requiere dejar de poner énfasis en los servicios (los denominados bienes no comerciables) para volcarse a bienes comerciables que le permitan elevar la exportación y compensar la caída de la demanda interna. De esta forma, el aumento de las exportaciones le permitirá, además, disminuir su déficit de cuenta corriente.
Los países desarrollados, por su parte, tampoco podrán mantener el mismo patrón de consumo anterior: aparecen restricciones crediticias como se mencionó en párrafos anteriores, el consumo se desacelera y obviamente estos hechos afectan directamente al comercio internacional.
Ahora bien, resulta claro y evidente que el mundo necesita entonces países con abundantes superávits que puedan, debido a sus condiciones, consumir más en el mercado interno. En general los países orientados a bienes de mediana y alta tecnología son los más propensos al ahorro. Los denominados países altamente “ahorradores”, como son China, Japón y Alemania tienen ahora la posibilidad y el desafío de promover un cambio en las pautas de ahorro.
Independientemente o no de estar de acuerdo con la afirmación de si los países con amplios excedentes de cuenta corriente y de acuerdo a mi consideración, Alemania, Japón y China tienen en común este aspecto, pero presentan algunas diferencias que no permiten que se les de el mismo tratamiento.
Si parte de la población china comienza a salir de la pobreza, se incorporará mayor número de personas al circuito del consumo y cambiarán los hábitos alimentarios. Existe una evidente mejora en el bienestar de sus habitantes y una salida de la pobreza para muchos: cada vez más chinos se incorporarán al circuito del consumo y poco a poco cambiarán también sus hábitos alimentarios. Dicho en otras palabras: el aumento del ingreso implicará menos pobres y en consecuencia demanda por más y mejor comida.
En el rubro automotriz, la China se presenta como un actor de importancia: a medida que las poblaciones asciendan en la escala social comenzarán a querer cumplir el sueño del auto propio, que obviamente es un síntoma propio en el patrón de consumo. En la medida que mayor población acceda al auto propio, habrá tiempo para seguir avanzando hacia el motor eléctrico y los híbridos. Además, mientras continúen las migraciones del campo hacia los centros urbanos, surgirán nuevas necesidades de consumo interno que comenzarán a ser satisfechas. Por otra parte, el avance en el proceso de urbanización -que implica una disminución de las zonas agrarias y desplazamiento de la población campesina hacia las grandes ciudades- seguramente traerá acarreado nuevas pautas de consumo a las que habrá que prestarle atención.
El primer ministro chino Wen Jiabao se refirió al consumo interno destacando que “será el nuevo motor de desarrollo de China con el fin de reducir la dependencia de las exportaciones y reactivar la economía”[1]. La importancia de esta decisión radica en que es muy importante fomentar la demanda interna como motor de crecimiento para reducir los riesgos financieros y la dependencia exterior. También apuesta a la inversión como una vía de salida de la crisis económica mundial. Para fomentar el ingreso, China dispuso realizar un recorte de impuestos y mejorar el gasto público en educación, sanidad, salud, medicina con el fin de reducir las diferencias entre el campo y la ciudad que en la actualidad todavía son muy marcadas.
En el próximo post analizaremos el papel de Alemania y extraeremos algunas conclusiones.
-----------
La crisis económica y el papel de Alemania, Japón y China - Parte II
De la crisis económica ha surgido un debate intenso sobre cómo debería ser el crecimiento en los países desarrollados a partir del dato de que no se podría mantener el mismo patrón de consumo anterior a la misma y, por otro, que los países altamente “ahorradores” y por lo tanto fuertemente exportadores –por caso Alemania, Japón y China– y de amplios excedentes de cuenta corriente, necesariamente tendrían que consumir gastar más internamente. ¿Cuáles podrían ser a futuro para la economía y el comercio internacional?
Alemania, por su parte, presenta un panorama algo distinto al de China. Para comenzar, aunque resulta evidente, debemos diferenciar que se trata de un país en desarrollo y que, en mi opinión, el único punto en común que comparte con China es la gran cantidad de reservas con la que cuenta. Ángela Merkel, canciller alemana, se refirió a la comparación de la siguiente forma “Alemania no puede permitirse seguir incentivando el consumo interno, no se puede comparar la economía alemana con la de China, dado que tiene mucho más margen para políticas expansivas por sus enormes reservas”[2]. En mi opinión, Alemania es un país orientado a la exportación y con población en decrecimiento -a diferencia de China-, por lo que promover el consumo interno no sé si sería la mejor estrategia, al menos en el corto plazo. Por otra parte, no tengo la certeza de que Alemania tenga intención o interés en dejar de depender de sus exportaciones. Estimo, por otra parte, que Alemania prefiere orientarse a mantener su capacidad industrial con el fin de estar preparada para la etapa de recuperación de la crisis.
Haciendo una comparación con China, estimo que la posición es bastante distinta: ¿el fomento de la demanda interna en Alemania ayudaría a equilibrar la economía mundial? Al incentivar el consumo, Alemania aumentaría su deuda, consecuencia que China por la magnitud de sus mercados y su potencial de crecimiento no debería sufrir.
Japón, el tercer ejemplo a mencionar, es un país fuertemente golpeado de la recesión, de la cual acaba de salir y que le provocó una caída de 12,7 % del PIB en el trimestre de octubre a diciembre de 2008.
Las dos causas fundamentales de este declive se deben a:
► el descenso de las exportaciones de las cuales depende su economía (sobre todo la reducción en la venta de autos y la industria electrónica)
► la caída del consumo interno
En relación a las consecuencias para el futuro, la pregunta que habría que hacerse es si podrán mantenerse los patrones de consumo en el siglo XXI teniendo en cuenta temas tan delicados y relevantes como la crisis en los alimentos, la crisis energética y los recursos tierra y agua.
La crisis económica mundial en combinación con la realidad globalizada del presente trae aparejada cambios de poder que tendrán que ver con una serie de temas que se encargarán indefectiblemente de ejercer presión. Estos temas están relacionados con la energía, donde se comienzan a vislumbrar una serie de cambios en la matriz; los alimentos, las inmigraciones; la seguridad tanto alimentaria, fronteriza y por recursos no renovables como tierra y agua. Por otra parte, no debe dejar de tenerse en cuenta la realidad de varios países desarrollados: su población activa disminuye, existe un envejecimiento de la población. Con esta situación de decrecimiento, la población urbana tiene tendencia a crecimiento vegetativo nulo.
Existe una pérdida del valor de los activos y de la riqueza real, hecho que colaborará a una contracción aun más fuerte de la economía. Países como Alemania y Japón, cuyos ejemplos se mencionaron anteriormente serán de los más afectados, mientras que aquellos países que comercializan bienes de capital presentarán alta capacidad ociosa en servicios, debido a que difícilmente la reposición de bienes de capital será una prioridad.
Como reflexión final me gustaría destacar que estimo que el Comercio Internacional tendrá el foco puesto en China. ¿Los motivos? China presenta a nivel producción una amplia variedad de opciones, desde productos de baja tecnología, pasando por media y alta. Por otra parte, cuenta con una gran reserva mano de obra, hecho que le permitirá avances en escala. Es, sin lugar a dudas un competidor global al que hay que prestarle muchísima atención. Existe una gran posibilidad de que una estrategia enfocada en la expansión de la demanda interna en este país sea la clave para fomentar el crecimiento del Comercio Internacional en el futuro cercano.
[1] Araujo, Heriberto, Prioriza China consumo interno para superar la crisis, 10 de septiembre de 2009 en http://sdpnoticias.com/sdp/contenido/2009/09/10/487072
[2] Cita extraída del artículo Merkel insiste en que un excesivo gasto público dificultará la recuperación, en www.eleconomista.es.